domingo, 12 de enero de 2014

Mírame, pero no me toques.

Estimada tú:

Mírame. Atenta. ¿Ves cómo piso el suelo por donde paso? La inseguridad ya no es lo mío, me da pena que siga siendo tu mayor problema. Pobre nena. 

¿Ves cómo escribo? No soy extraordinaria, pero bien que me has leído. Te animo a que sigas intentándolo, al menos no vas por muy mal camino, cuando escribas algo propio, claro está.

¿Ves cómo me apoyan? A lo mejor algún día tienes la mitad de suerte de la que he tenido yo en esta vida. Rodearme de quien me soporta, quien no me intenta cambiar, quien me acepta como soy, con mi falta de tiempo, con mis prontos, con mi forma de ser sin tener que fingir algo que no soy. ¿Acaso tú sabes qué es eso de que te quieran sin tener que fingir ser alguien que no está dentro de ti ni por asomo?

Fíjate bien. No me pierdas ni un segundo de vista. Sé que no soy admirable, pero también sé que te gusta ver cómo alcanzo mis metas para fijar las tuyas en el mismo punto donde yo las dejo.

Recuérdalo, triunfas es para las personas puras. Dime, ¿escribir? ¿rock? ¿leer? Nena, a joder a otra parte, y suerte. Espero que encuentres a alguien más a quien poder imitar, intentar pisotear y hundir. Conmigo ya no puedes. Yo puedo con mi vida, a ver si tú haces algo con la tuya, "querida". 

Con eso que se dice al final de las dedicatorias, 
con "amor". 

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