Yo no
quiero un amor rectilíneo, en el que cada fin de semana sabré lo que haré y
llegará un momento en el que esperaré el día con ninguna ilusión.
Yo lo
que quiero es un amor con curvas cerradas, con baches, con momentos en los que
me tenga que aferrar a esa persona con todas mis fuerzas para poder seguir
jugando al juego del amor, o como nosotros queramos llamarlo.
Quiero
un amor con momentos difíciles, no un camino de rosas, en los que a veces
parezca que estamos subiendo una montaña sin municiones, pero que consigamos
llegar a la cima, juntos.
Quiero
un amor en el que me deje defenderme sola de los ataques de otras personas,
pero sin embargo matase por mi si fuese necesario.
Quiero
un amor en el que él que se quede de las tonterías que me gustan, o de las
películas de chicas que disfruto viendo, pero que cuando se lo pida, se siente
conmigo a verla y soporte que llore las tres cuartas partes delo que dura la
película.
Quiero
un amor en el que nos digamos sin pensarlos defectos del uno y del otro. Quiero
que me diga lo tonta e infantil que soy y yo le diré lo estúpido que es el 95%
de las veces.
Quiero
un amor en el que me trate como una princesa, pero como una princesa salvaje,
sin el temor constante de que sea demasiado frágil, pero que sin embargo esté
en un momento de derrumbe.
Quiero
que sea un gilipollas conmigo, pero que en un margen de dos coma cero segundos
se dé cuenta de que ha metido la pata hasta el fondo y se acerque a mi para
besarme, y yo me haré la dura, solo para que luego sea más gratificante cuando
me quite la ropa, en tu casa o en la mía o donde sea, y hacerlo al son de una
canción. Y algún día hacerlo a la luz de la luna, o de una sola vela si me
apuras.
Quiero
un amor arrogante, creído, estúpido, loco, sin reglas, sin miedos, digno de ser
contado a nuestros hijos, o a quien sea, por el simple hecho de ser un amor de
película, con historias que ni nuestros propios hijos crean, pero que al
contrario que los amores de película, el nuestro dure más de dos horas.
Quiero
un amor con un futuro incierto, pero con una sola cosa clara: contigo.
Miss
B.<3
No hay nada que los diferencie de nosotros. Eran personas.
¿Qué hubiese pasado si hubiese
aceptado tu plan de vida ejemplar, perfecta, sin dolor, sin baches…?
Quiero
un amor arrogante, creído, estúpido, loco, sin reglas, sin miedos, digno de ser
contado a nuestros hijos, o a quien sea, por el simple hecho de ser un amor de
película, con historias que ni nuestros propios hijos crean, pero que al
contrario que los amores de película, el nuestro dure más de dos horas.
Hay momentos en la vida que merecen ser
recordados. Momentos de lucidez. Momentos de angustia y
soledad. Momentos en los que rebosas alegría, que se te desborda por los
ojos y que iluminas un día con sólo sonreír.