Hay momentos en la vida que merecen ser
recordados. Momentos de lucidez. Momentos de angustia y
soledad. Momentos en los que rebosas alegría, que se te desborda por los
ojos y que iluminas un día con sólo sonreír. Desde mi punto de vista, pienso que tanto los momentos
malos como los buenos deben ser recordados, y qué mejor manera que escribirlos,
expresarte libremente.
He leído que sólo recordamos aquello que nunca
sucedió. Y cuánta razón tiene.
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